FRIBURGO,
En su discurso a las asociaciones católicas comprometidas con la Iglesia y la sociedad en Alemania, el Papa Benedicto XVI dijo que "la fe cristiana es para el hombre siempre un escándalo, no sólo en nuestro tiempo".
Ayer por la tarde en la Konzerthaus de Friburgo, el Santo Padre agradeció primeramente la labor de estas asociaciones e hizo una reflexión sobre el hecho que, ante la progresiva secularización de la sociedad cada bautizado, "cada cristiano y la comunidad de los creyentes están llamados a una conversión continua".
Este proceso, explicó, debe considerar el "escándalo" de la fe ya que "creer que el Dios eterno se preocupe de los seres humanos, que nos conozca; que el Inasequible se haya convertido en un momento dado en accesible; que el Inmortal haya sufrido y muerto en la cruz; que a los mortales se nos haya prometido la resurrección y la vida eterna; para nosotros los hombres, todo esto es verdaderamente una osadía".
Este escándalo, continuó, "que no puede ser suprimido si no se quiere anular el cristianismo, ha sido desgraciadamente ensombrecido recientemente por los dolorosos escándalos de los anunciadores de la fe".
"Se crea una situación peligrosa, cuando estos escándalos ocupan el puesto del skandalon primario de la Cruz, haciéndolo así inaccesible; esto es cuando esconden la verdadera exigencia cristiana detrás de la ineptitud de sus mensajeros", añadió.
El Papa dijo luego que para cumplir con su misión de anunciar al mundo el Evangelio de Cristo para la salvación de los hombres, es necesario como decía Pablo VI, que la Iglesia "’se diferencie profundamente del ambiente humano en el cual vive y al cual se aproxima’. Para cumplir su misión, ella tomará continuamente las distancias de su entorno, debe en cierta medida ser desmundanizada".