ERFURT,
En la homilía de las Vísperas Marianas que presidió ante unos 90 mil fieles en el Santuario Mariano de Etzelsbach en donde destacaban muchas banderas polacas por la cercanía a esa nación, el Papa Benedicto XVI señaló que la Madre de Dios "quiere hacernos comprender que toda nuestra vida debe ser una respuesta al amor rico en misericordia de nuestro Dios".
Antes de comenzar la oración y acompañado de un gran coro, el Obispo de Erfurt, Mons. Joachim Wanke se dirigió al Papa y le dijo que "lo saludamos en este santuario de peregrinación mariana. Recordamos aquellas muchas generaciones que han honrado a la Virgen en este lugar", frase que fue respondida por la ovación de los presentes.
"Es un evento especial que el Sucesor de Pedro rece con nosotros en Eichsfeld. Santo Padre, le damos de corazón la bienvenida. Con todo derecho se le puede llamar a este sitio el lugar de María. En ella han encontrado los hombres de todos los tiempos auxilio y consuelo", dijo luego el Prelado.
A su turno, una joven dirigió unas palabras al Papa. Señaló que "hay muchos cambios en el mundo y la Iglesia. También los cristianos buscamos nuevos caminos. Estos carteles detrás del altar dan testimonio de que nos preocupan las almas y el futuro de los hombres. Le pedimos su oración y bendición en estas nuevas vías que buscamos".
El Pontífice bendijo luego a esta joven junto a otros más de la comunidad católica de esta zona que durante muchos años estuvo en la República Democrática Alemana, cuando hacía parte del bloque ruso en donde la religión era reprimida en la llamada Cortina de Hierro.
El Papa recibió luego algunos regalos como una cruz y un cuadro de la Cáritas local.