BERLÍN,
Ante un abarrotado Parlamento alemán o Bundestag en donde también estuvo presente el bloque que había anunciado un boicot, el Papa Benedicto XVI dio un extenso discurso en el que explicó que es un error prescindir de Dios en las leyes porque de Él proviene la dignidad inherente a todo ser humano, lo que constituye la base para el derecho.
Al llegar al Parlamento alemán el Santo Padre fue recibido con una gran ovación de pie que duró varios minutos, por parte de los parlamentarios presentes, obispos y líderes de otras confesiones cristianas.
A los parlamentarios y demás presentes que siguieron con atención su discurso en un ambiente que se percibía expectante, el Papa tomó el pasaje bíblico en el que el rey Salomón le pide a Dios sabiduría para discernir el bien del mal, para hacer una reflexión sobre los fundamentos del derecho.
Con este relato, dijo Benedicto XVI, "la Biblia quiere indicarnos lo que debe ser importante en definitiva para un político. Su criterio último y la motivación para su trabajo como político no debe ser el éxito y mucho menos el beneficio material. La política debe ser un compromiso por la justicia y crear así las condiciones básicas para la paz".
Seguidamente el Papa advirtió que cuando esta perspectiva no está en un político, el Estado puede convertirse "en el instrumento para la destrucción del derecho" como sucedió con la Alemania nazi que "se transformó en una cuadrilla de bandidos muy bien organizada, que podía amenazar el mundo entero y empujarlo hasta el borde del abismo".
Por eso, precisó, "servir al derecho y combatir el dominio de la injusticia es y sigue siendo el deber fundamental del político. En un momento histórico, en el cual el hombre ha adquirido un poder hasta ahora inimaginable, este deber se convierte en algo particularmente urgente".