LA HABANA,
El sacerdote franciscano, P. Miguel Ángel Loredo, encarcelado diez años por las autoridades comunistas de Cuba por mantenerse firme en sus principios y en su fe, falleció el sábado 10 en Miami (Estados Unidos), víctima de cáncer.
El P. Loredo nació en La Habana (Cuba), en 1938. Cuando Fidel Castro tomó el poder en 1959, el joven Miguel Ángel ya había decidido ser sacerdote, para lo cual viajó a España, donde se ordenó el 19 de julio de 1964.
Un mes después regresó a Cuba, donde las tensas relaciones entre la Iglesia y el nuevo Gobierno comunista provocaron la expulsión de 131 sacerdotes en 1961.
El P. Loredo fue enviado a la iglesia San Francisco, en La Habana. También fue párroco en Guanabacoa. Sin embargo, sus desafiantes sermones contra el ateísmo y el comunismo provocaron la ira de las autoridades cubanas, que lo acusaron de ser agente de la CIA, esconder armas y de conspiración contrarrevolucionaria, por lo que fue arrestado en 1966.
El sacerdote siempre afirmó ser inocente. Sin embargo, luego de un juicio fraudulento, fue condenado a 15 años de cárcel y enviado a las prisiones de Isla de Pinos, La Cabaña, Guanajay y El Príncipe, donde realizó trabajos forzados y sufrió golpizas y crueles atropellos por no aceptar la "reeducación" que quería imponerle el Gobierno de Castro.
En una carta del 11 de junio de 1968, el P. Loredo dijo a Monseñor Cesar Sacchi, entonces representante de la Nunciatura Apostólica en La Habana, sentirse "orgulloso de participar en esta lucha con miles de hombre de tanto valor y sentido patrio como hay en este presidio cubano".