BUENOS AIRES,
El P. Jorge Gandur, párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Caridad, en Tucumán (Argentina), señaló que la fecundación in vitro va contra la dignidad humana y significa la muerte de seres inocentes; por tanto un católico no es coherente si promueve o colabora con esta práctica.
En su carta pastoral publicada por la revista Familia y Vida Nº 18 del mes de septiembre, el sacerdote se refirió a la instalación de una clínica de fecundación artificial frente a la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua. "En la fecundación in vitro hay una inmensa cantidad de embriones que mueren como consecuencia de la manipulación a que son sometidos", señaló, a la vez que condenó la práctica de congelar embriones cuyo destino se desconoce.
"Los mismos institutos que la practican (la fecundación in vitro) en las ciudades de Buenos Aires, Rosario y Córdoba, hace poco más de un año han informado judicialmente que tienen 15.000 embriones abandonados, los cuales habrán de ser eliminados sucesivamente a medida que cumplan el plazo de cinco años de congelamiento", advirtió.
El P. Gandur señaló que "el óvulo fecundado y congelado no es sólo un óvulo o gameto femenino congelado: ¡Un óvulo fecundado y congelado es un ser humano congelado! Y así como ante la Eucaristía cantamos ¡Dios está aquí!, ante un óvulo fecundado proclamamos: ¡Un hijo de Dios está aquí: indefenso, vulnerable y congelado!".
El sacerdote dijo que esto, junto al aborto y la eutanasia, muestran "el avance de la cultura de la muerte; porque todos sabemos que no pocos parlamentarios actualmente ocupan largas horas de su vida promocionando leyes que incuestionablemente lesionan nuestra Fe y los dictados de la Ley natural, universalmente válida".
El sacerdote argentino advirtió que "la inseminación artificial también disocia la paternidad haciendo intervenir a terceros en la generación, lo cual contradice no sólo la Fe, sino los dictados de la Ley natural".