ANCONA,
Al presidir hoy la Misa de clausura del 25° Congreso Eucarístico Nacional italiano, el Papa Benedicto XVI explicó que "la historia nos demuestra, dramáticamente, cómo el objetivo de asegurar a todos desarrollo, bienestar material y paz, prescindiendo de Dios y de su revelación, termina siendo un dar a los hombres piedras en lugar de pan".
En el Astillero Naval de Ancona y ante miles de fieles presentes, el Santo Padre meditó sobre el pasaje del Evangelio que afirma "¡Esta palabra es dura! ¿Quién puede escucharla?", dicho de los apóstoles ante el discurso del pan de vida de Cristo.
Esta manera de reaccionar, dijo, "no está muy alejada de nuestras resistencias frente al don total que Él (Cristo) hizo de sí mismo" ya que "recibir verdaderamente este don quiere decir perderse a sí mismo, dejarse involucrar y transformar, hasta llegar a vivir de Él".
"‘¡Esta palabra es dura!’; es dura porque muy seguido confundimos la libertad con la ausencia de vínculos, con la convicción de poder hacer por nosotros mismos, sin Dios, visto como un límite a la libertad".
Según señala la nota de Radio Vaticana, el Papa indicó que esta actitud de los hombres es "una ilusión que no tarda en volverse desilusión, generando inquietud y miedo y llevando, paradójicamente, a añorar las cadenas del pasado: ‘Ojala hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto…’ decían los judíos en el desierto, como hemos escuchado".
"En realidad, sólo en la apertura a Dios, en la acogida de su don, llegamos a ser verdaderamente libres, libres de la esclavitud del pecado que desfigura el rostro del hombre, y capaces de servir al verdadero bien de los hermanos".