ROMA,
El Presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC), José María Simón Castellví, consideró que los médicos actúan como "los dedos de Dios" cuando salvan vidas y enfrentan como héroes la presión anti-vida que favorece el aborto y la eutanasia.
En diálogo con ACI Prensa con motivo de la inauguración de la Conferencia Internacional de Médicos Católicos que se celebra en Roma, Simón Castellvi dijo que los médicos "somos los dedos de Dios para que el enfermo esté bien. Estamos para curar, para aliviar, para consolar, y también para sufrir con el paciente si es inevitable".
La conferencia internacional ha centrado sus reflexiones en el tema de la maternidad. Se celebra del 31 de agosto al 5 de septiembre y es organizada por la agencia de cooperación materno-infantil MaterCare International, creada por la FIAMC. Participan unos 200 ginecólogos y líderes pro-vida de más de 40 países.
El presidente de la FIAMC señaló a ACI Prensa que en el mundo "no estamos dando la respuesta adecuada a los problemas que tiene la maternidad", y que esto "no es aceptable, pues tenemos que hacer mucho más desde la sociedad civil en general y desde la Iglesia".
Explicó que mientras en algunos países mueren madres y bebés por no tener acceso a una atención sanitaria digna, y "es necesario proteger a las madres de manera sanitaria", en los países llamados desarrollados y donde se practican abortos, "tenemos la lucha o la guerra cultural por la defensa de la vida, y es necesario proteger la manera de pensar de las personas para que no maten al fruto de la concepción".
Simón Castellvi consideró que "en general, al médico, le repugna destruir una vida. Pero debido por motivos culturales y por motivos del inframundo, hay demasiados médicos que están dispuesto a matar a una vida inocente –en el caso del aborto–, y están empezando, especialmente en Europa, a estar de acuerdo en eliminar una vida sufriente con la eutanasia".