MADRID,
Los peregrinos que han asistido este jueves al acto de bienvenida al Pontífice celebrado en la Plaza de Cibeles de Madrid, así como los que se encontraban en otros puntos como la Puerta de Alcalá o en la Plaza de Colón, han coincidido en señalar que, tras ver al Papa, están "emocionados, reconfortados y reforzados en su fe", según han explicado algunos de ellos a Europa Press.
Así, después de casi unas cuatro horas de espera en las que han estado cantando y bailando, la llegada de Benedicto XVI a la Plaza de la Independencia ha provocado una explosión de júbilo. Antes de que el Pontífice llegara a la puerta más conocida de la Villa de Madrid, Jim Rivard, de 47 años de edad y llegado desde Michigan (Estados Unidos), que acompaña al mayor de sus nueve hijos de 16 años de edad, ha señalado que nunca había visto al Papa y que pensaba que, al verle, "iba a llorar" aunque finalmente no lo ha hecho.
Después, apenas podía hablar ya que únicamente era capaz de decir "oh, oh, oh". "Ha sido impresionante, emocionante, casi no puedo hablar", ha dicho, al tiempo que ha hecho un esfuerzo para decir en español: "Benedicto es mucho grande".
Por su parte, Irene y Carmen, de 24 años, procedentes de Granada y que llevan en Madrid todo el mes de agosto como voluntarias de la organización, han afirmado que "el esfuerzo ha merecido la pena". Irene ha manifestado que, "después de todo, el trabajo vale la pena porque todo el mundo está disfrutando", lo que le ha provocado una alegría "muy grande ver a tanta gente viendo al Papa y creyendo en su fe". "A lo mejor algunos están convirtiéndose", ha apostillado.
Mientras, Carmen ha hecho hincapié en "la gran emoción vivida al observar en Madrid a millones de jóvenes viviendo su fe". "Se me ha puesto la carne de gallina, me he emocionado, he llorado, es una emoción fortísima", ha explicado.
Por su parte, Andrea Armigio, de 40 años y procedente de Calabria (Italia), ha indicado que "ha merecido la pena venir desde Italia para ver durante 15 minutos al Papa" y ha destacado que "se ha sentido al Papa, a Dios y a la Virgen María" en la Puerta de Alcalá. "Siento un gran gozo y estoy embriagado por la emoción vivida, que es un incentivo interior para andar en la vida. Estoy feliz", ha subrayado.