MADRID,
En sus palabras esta noche a los cientos de miles de peregrinos que participan de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Madrid 2011, el Papa Benedicto XVI los alentó a edificar su vida en la roca firme que es Cristo y a plantearse seriamente la meta de la santidad.
En medio de un gran ambiente de fiesta, que superó largamente la incomodidad por el calor agobiante que obligó a rociar abundantes chorros de agua a los jóvenes, el Santo Padre dijo que las palabras de Cristo no pueden caer en saco roto sino que deben "llegar al corazón, arraigar en él y fraguar toda la vida".
"Sin esto, se quedan vacías y se vuelven efímeras. No nos acercan a Él. Y, de este modo, Cristo sigue siendo lejano, como una voz entre otras muchas que nos rodean y a las que estamos tan acostumbrados".
Tras resaltar que cuando Cristo habla, muestra lo que Él mismo es y no otra cosa, Benedicto XVI subrayó que esta verdad "siempre vale la pena vivir en toda circunstancia y que ni siquiera la muerte puede destruir".
"Queridos jóvenes, escuchad de verdad las palabras del Señor para que sean en vosotros ‘espíritu y vida’, raíces que alimentan vuestro ser, pautas de conducta que nos asemejen a la persona de Cristo, siendo pobres de espíritu, hambrientos de justicia, misericordiosos, limpios de corazón, amantes de la paz".
El Papa alentó luego a caminar cotidianamente con Jesús y pidió a los peregrinos aprovechar estos días para "conocer mejor a Cristo y cercioraros de que, enraizados en Él, vuestro entusiasmo y alegría, vuestros deseos de ir a más, de llegar a lo más alto, hasta Dios, tienen siempre futuro cierto, porque la vida en plenitud ya se ha aposentado dentro de vuestro ser".