MADRID,
Ante los insultos, oración. Esa fue la respuesta de decenas de peregrinos de todo el mundo que el miércoles 17 se encontraron en las calles de Madrid con los manifestantes de la furiosa marcha anti-Papa convocada por grupos radicales laicistas y de activistas homosexuales para protestar por la visita del Papa Benedicto XVI.
Pese a la gran publicidad que recibió la marcha, varios medios de prensa calculan en dos mil los asistentes. Sin embargo, fuentes de la policía de Madrid consideran que la cifra podría alcanzar las cinco mil personas, números muy lejanos a los 20 mil que ostentan los más de cien grupos organizadores de la protesta.
Los “anti-Papa” recorrieron varias calles de Madrid bajo el lema de “De mis impuestos, al Papa cero" en una marcha autorizada por la Delegación del Gobierno para la víspera de la llegada de Benedicto XVI.
Aunque los organizadores defendieron su protesta como “aconfesional y económica”, los manifestantes acompañaron un falso papamóvil con un sujeto disfrazado de Pontífice y un demonio de chofer, portaban carteles con insultos y vociferaban lemas ofensivos contra el Papa y la Iglesia Católica.
Cuando la cabecera de la marcha llegó a la Puerta del Sol, la turba se encontró con un numeroso grupo de peregrinos que, rosario en mano, empezó a corear vivas al Papa y rezar en voz alta.
Según la plataforma ciudadana HazteOir.org, “la tensión ha comenzado junto a la estación de cercanías de Sol donde la Policía Nacional ha optado por desalojar a jóvenes que defendían la JMJ para permitir que la marcha siguiera su curso. De este modo, con todo el ancho de Puerta de Sol a su disposición, los manifestantes han podido circular. Sin embargo, parte de la marcha se ha quedado detenida en la plaza y ha seguido increpando a los jóvenes católicos”.