OVIEDO,
El Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, ha oficiado este lunes la misa de envío de los jóvenes que participarán desde mañana en Madrid en la Jornada Mundial de la Juventud y ha recordado en su homilía que "los miles de jóvenes que estos días han llenado las calles asturianas de alegría cristina hacen comprobar, como ya dijo Benedicto XVI que la Iglesia está viva y es joven".
La Misa, celebrada en la plaza de la catedral, contó con la asistencia de unas cinco mil personas, buena parte de ellos los jóvenes venidos de países de Europa, Asia, África y América, que desde el pasado jueves se alojan en la región y que este mismo lunes parten hacia Madrid.
Sanz Montes ha indicado que esta juventud, que va al encuentro con el Papa en Madrid, "no es una juventud reaccionaria que en nombre de la nada pretende inútilmente cambiar el mundo, ni una juventud insolidaria a la que no le interesan los verdaderos problemas que hacen sufrir a las personas y a las familias".
Tampoco es, según el Arzobispo de Oviedo, una juventud "a la deriva que pone la vida en entredicho, o abarata el amor con sucedáneos, o se fuga a los falsos paraísos del alcohol o la droga, o que impone su extraña paz con la intrusión, la violencia o el terrorismo".
"La juventud que va al encuentro con el Papa sufre de cansancios pero no mide sus esfuerzos, tiene dudas pero sabe confiar. La juventud cristiana no tiene miedo", ha dicho Sanz Montes que ha pedido a los jóvenes que "se fíen de la única revolución que no destruye, la única que transforma el mundo y cambia a las personas por dentro que no es otra que la que ha propuesto Jesús en el Evangelio".
En la Misa, que ha durado algo más de una hora y media, han estado presentes diversas autoridades como el delegado del Gobierno en Asturias, Antonio Trevín, el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo o varios consejeros del nuevo Gobierno, aunque no el presidente Francisco Alvarez-Cascos.