VATICANO,
Al presidir esta mañana la audiencia general en la que continuó sus catequesis sobre la oración, el Papa Benedicto XVI resaltó que Dios habla a cada persona en el silencio y por lo tanto es necesario saberlo escuchar.
Ante miles de fieles presentes, el Santo Padre puso como ejemplo de silencio a los monasterios, que suelen ubicarse en "lugares particularmente bellos, en el campo, las colinas, en los valles de las montañas, cerca de los lagos o el mar, e incluso en pequeñas islas".
"Estos lugares unen dos elementos muy importantes para la vida contemplativa: la belleza de la creación, que lleva a la belleza del Creador, y el silencio garantizado por la lejanía respecto a la ciudad y a las grandes vías de comunicación".
El silencio, explicó el Papa, "es la condición ambiental que mejor favorece el recogimiento, la escucha de Dios y la meditación. Ya el hecho mismo de disfrutar el silencio, de dejarnos, por así decirlo, ‘llenar’ por el silencio, nos predispone a la oración".
"Dios habla en el silencio, pero hay que saberlo escuchar. Por esta razón los monasterios son oasis en los que Dios habla a la humanidad. Allí se encuentra el claustro, un lugar simbólico, porque es un espacio cerrado pero abierto el cielo", dijo el Santo Padre.
Seguidamente recordó que este jueves 11 de agosto la Iglesia recuerda a Santa Clara de Asís, discípula de San Francisco, quien con la comunidad de fundó supo escuchar a Dios en el silencio y plasmó su vida cristiana en la oración, la pobreza y la humildad.