KÖNIGSTEIN,
Tras el atentado terrorista perpetrado por extremistas musulmanes el 2 de agosto contra una iglesia siro-católica en la ciudad de Kirkuk (Irak), el Arzobispo de esta ciudad, Mons. Louis Sako, señaló que él y los demás católicos "no dejaremos nunca de testimoniar a Cristo".
Así lo indicó el Prelado en diálogo con la organización internacional católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) luego del ataque a la iglesia de la Sagrada Familia que dejó a unos 20 heridos entre los cuales estaba un bebé de 20 días de nacido y el P. Imad Yelda del mencionado templo.
Luego del atentado que causó mayores destrozos porque la bomba explotó junto a un generador de electricidad, Mons. Sako dijo que "estamos en shock. Atacar un lugar santo como una iglesia hace el crimen aún más serio, y lo han atacado en un tiempo santo –el Ramadán– hace todo aún peor".
"Atacar así y arriesgar la vida de la gente de esta forma es un pecado", recordó y aseguró luego que "pese a lo que ha sucedido, nunca nos rendiremos. Seguiremos en nuestra misión. Nunca dejaremos de testimoniar a Cristo".
Mons. Sako contó que la explosión ocurrió cuando en la Catedral de Kirkuk 150 jóvenes estaban reunidos en una conferencia de verano para tratar algunos temas religiosos. "Luego del ataque les pregunté si seguirían asistiendo y lo hicieron. Este es un importante signo de esperanza", añadió.
El Prelado sostuvo una reunión el 3 de agosto con líderes musulmanes sunitas y shiítas para solicitarles una clara condena del atentado a quienes pidió "que digan que lo ha pasado está mal, que debe acabarse con estos hechos que hieren y matan personas. Estoy seguro que los imanes condenarán estas acciones".