Piura,
En la Misa y Te Deum que presidió por el 190° aniversario de la independencia del Perú, el Arzobispo de Piura y Tumbes, Mons. José Antonio Eguren Anselmi, alertó que el relativismo ético que amenaza al ser humano con ideologías como la de género, es una grave amenaza a la democracia.
En la Misa que presidió en la Basílica Catedral de Piura (norte del Perú), el Prelado elevó sus oraciones por el nuevo presidente Ollanta Humala, quien juró el cargo ayer, para que ejerza la autoridad "como servicio a la persona humana y contribución a la realización del bien común, y así conduzcan al Perú, durante los próximos cinco años, por caminos de verdad, libertad, unidad, desarrollo integral, fraternidad y paz".
También agradeció al presidente saliente, Alan García Pérez, e hizo votos para que la democracia se consolide en los próximos cinco años, resaltando que entre los valores que le dan "alma" a la democracia están entre otros: "la vida, especialmente del que está por nacer; la familia, célula primera y fundamental de la Nación; la libertad en todos los ámbitos de la vida del ser humano y especialmente la libertad religiosa; la solidaridad; la justicia; y el respecto y cuidado de la naturaleza".
Mons. Eguren explicó luego que existe un grave peligro que amenaza a la democracia nacional: "el ‘relativismo ético’ que de varias maneras se nos quiere imponer en el Perú, especialmente a través de minúsculos grupos internos de presión ideologizados en alianza con poderosos lobbies internacionales".
"No falta quien considera erradamente al ‘relativismo ético’ como una condición de la democracia que garantizaría la tolerancia, el respeto recíproco entre las personas y la adhesión a las decisiones de la mayoría; mientras que las normas morales objetivas llevarían al autoritarismo y a la intolerancia. Nada hay más falso en ello".
El Arzobispo alertó que este relativismo ético "busca arrancar los efectos más sencillos de la ley natural como son las distinciones de sexos y la naturaleza del matrimonio y de esta manera trae como dolorosa consecuencia que se terminen legalizando y consumando los más horrendos atentados contra la dignidad de la persona humana, olvidando que la ley para que sea justa debe ser moral".