KÖNIGSTEIN,
La asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) también manifestó su pesar por la muerte del heroico Cardenal Kazimierz Swiatek, fallecido el jueves 21 de julio a la edad de 96 años, sobreviviente de los campos de concentración rusos y pilar de la Iglesia en Bielorrusia.
En una entrevista con AIN, el Cardenal Swiatek recordaba el tiempo que permaneció en los gulags: "Era un comando de muerte. Trabajábamos con temperaturas de hasta 40 grados bajo cero talando árboles y dormíamos un total de 300 personas en una semlanka (una cavidad en la tierra) cubierta de cualquier manera, sin luz y sin nada de nada".
"Nos decían que no valíamos ni una bala, pues ahí moriríamos de todas formas, y, hasta entonces, al menos podíamos trabajar. La muerte llegaba como consecuencia de la extenuación, el hambre y el frío".
Por la mañana, "antes de ir al trabajo, tiraban a los muertos fuera, donde se los comían los lobos por la noche. Al cabo de tres años, aún vivo, me enviaron a Workuta, donde el invierno dura los doce meses del año".
En la misma entrevista, el Cardenal contó a AIN que cuando recuperó la libertad, el sacerdote más próximo vivía al este, en Alaska. Él mismo era el único sacerdote de su diócesis que había sobrevivido a la persecución soviética de los cristianos. Oficialmente, no había parroquias, y los creyentes que acudían a la iglesia sufrían represalias.
"Sí, nos llamaban la Iglesia del silencio, y muchos en Occidente pensaban que ya no existíamos. Pero nosotros vivíamos en las catacumbas, y ahí es donde sobrevivió nuestra Iglesia".