ROMA,
Ante la grave crisis humanitaria por las sequías y las lluvias en el cuerno de África que afecta a unas 10 millones de personas, otra tragedia aparece ahora. Muchas familias, en medio de la desesperación, deciden dejar a los hijos más débiles con la esperanza de salvar a los otros en el largo viaje hacia Mogadiscio, capital de Somalia.
La agencia vaticana Fides informa que además y lamentablemente muchos mueren en el camino, debilitados por el hambre, la sed o enfermedades.
"El terrible sacrificio de abandonar a los propios hijos más vulnerables, que no son capaces de moverse, es dictado por la esperanza de salvar a los otros hijos. Somalia es el epicentro de una prolongada sequía que, a lo largo del último año y medio, ha asolado el Cuerno de África. Se trata de la peor crisis humanitaria en los últimos 60 años", señala Fides.
Una vez en Mogadiscio, los refugiados tienen que sortear una ciudad llena de enfrentamientos y casas desiertas en donde casi no encuentran ayuda. Lamentablemente la situación no mejora.
Algunas personas desplazadas han comenzado a mendigar limosna en las calles de la capital, mientras otras están planeando mudarse de nuevo hacia los campos de refugiados de los países vecinos, donde hay más ayuda humanitaria, "pero que son una gota en el océano".
La crisis afecta a muchas regiones de Somalia, Etiopía y Kenia, en donde tienen poco o casi nada para comer y en donde las necesidades aumentan cada vez más.