CASTELGANDOLFO,
Desde la residencia de verano de Castelgandolfo, el Papa Benedicto XVI dirigió el rezo del Ángelus dominical en el que recordó a los peregrinos que “Dios no nos obliga a creer en El, sino que nos atrae a Sí con la verdad y la bondad de su Hijo encarnado: el amor, de hecho, respeta siempre la libertad”.
Según informa Radio Vaticano, el Papa comenzó su reflexión con un saludo “a todos los habitantes de esta querida ciudad, con el deseo de una buena estación estival”.
El Santo Padre dedicó su meditación al Evangelio de este Domingo (Mt 13,1-23), que recoge la célebre parábola del sembrador.
“Es una página en alguna manera ‘autobiográfica’, porque refleja la experiencia misma de Jesús, de su predicación: Él se identifica con el sembrador, que esparce la buena semilla de la Palabra de Dios, y percibe los diversos efectos que obtiene, según el tipo de acogida reservada al anuncio”, indicó.
El Papa explicó que ‘hay quien escucha superficialmente la Palabra pero no la acoge; hay quien la acoge en el momento pero no tiene constancia y pierde todo; hay quien es abrumado por las preocupaciones y seducciones del mundo; y hay quien escucha de manera receptiva como la tierra buena: aquí la Palabra da fruto en abundancia”.
El Pontífice también se refirió a la razón que lleva a Jesús a usar las parábolas como método de predicación. Jesús dice a sus discípulos que “a aquellos que ya se han decidido por Él, les puede hablar del Reino de Dios abiertamente, en cambio a los demás debe anunciarlo en parábolas, para justamente estimular la decisión, la conversión del corazón; las parábolas, de hecho, por su naturaleza requieren un esfuerzo de interpretación, interpelan a la inteligencia pero también a la libertad”.