KONINGSTEIN,
El Obispo de Tombura Yambio, Mons. Eduardo Hiiboro Kussala, señaló que la declaración de la independencia de su país, Sudán del Sur, este sábado 9 de julio, constituye un "milagro" y un "gran desafío" que genera sentimientos encontrados en la población mayoritariamente católica que ha vivido un conflicto interno durante 20 años.
En una carta pastoral por la declaración de la independencia, el Obispo se solidariza con el sufrimiento de los católicos y manifiesta su deseo de que salgan de la pobreza y se termine la violencia en la que vive.
"Un día de independencia para Sudán del Sur es un milagro", destacó e indicó que ahora se inicia una nueva esperanza para la paz y la reconciliación en la nación.
Si bien este puede ser un tiempo para celebrar, dice el Prelado, los sentimientos se encuentran al recordarlos muchos muertos en el conflicto y las casi 170 000 personas que han sido obligada a dejar sus hogares.
"El desafío es ahora inmenso. En ocasiones, todo se resume en una decisión sobre lo que debo dejar para que alguien coma, tenga vestido, refugio o cubra alguna necesidad", añadió.
En un mensaje escrito a la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el Obispo afirmó que "el nuevo estado de Sudán del Sur es un estado infante y todavía frágil sin instituciones confiables o transparentes y está lejos de ser bien gobernado".