MATAMOROS,
Con una Misa de cuerpo presente celebrada el 3 de julio a las 7:00 p.m. en Matamoros, estado de Tamaulipas (México) los fieles católicos despidieron al P. Marco Antonio Durán Romero, de 48 años de edad, asesinado el sábado 2 de julio al encontrarse accidentalmente en medio del fuego cruzado entre un grupo de militares y miembros del crimen organizado.
Fuentes no oficiales informaron que el tiroteo se habría iniciado cuando miembros de la banda de narcotraficantes y del crimen organizado "Los Zetas" intentaba ingresar a la ciudad de Matamoros.
El encargado de prensa y medios de comunicación de la diócesis de Matamoros, P. Alan Camargo, explicó a los medios que a las 3:39 p.m. el sacerdote que tenía a su cargo la Parroquia de San Roberto Belarmino fue declarado muerto tras haber sido ingresado a una clínica.
El Administrador Diocesano de Matamoros, P. Roberto Sifuentes, publicó en el sitio web de la diócesis el 2 de julio un comunicado en el que señaló que "en el contexto de violencia e inseguridad que vivimos nuestros Estados y Municipios han sido múltiples las víctimas inocentes y las familias que han padecido el dolor y la ruptura, el temor y muerte".
"El Padre Marco –indicó– no es solo una víctima más de esta alzada de odio entre hermanos. Se trata de un hombre elegido para el servicio del pueblo de Dios, en estas tierras manchadas de sangre".
El Administrador diocesano dijo luego que el asesinado sacerdote constituye "una voz que clama al cielo pidiendo compasión y paz para nuestro pueblo, significa una llamada a todos los fieles y ciudadanos, para que continuemos orando y comprometiéndonos en el trabajo por la justicia y la paz, significa la voz viva y fuerte de Dios mismo, para que todos volvamos nuestra mirada al cielo y enderecemos nuestros caminos".