VATICANO,
En su habitual catequesis de la audiencia general celebrada este miércoles en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI explicó que allí donde desaparece Dios, el hombre cae en la esclavitud y en las idolatrías.
Continuando con sus catequesis sobre la oración y hablando esta vez sobre el profeta Elías a quien Dios suscita para llevar al pueblo a la conversión luego de haber caído en la idolatría de Baal, el Santo Padre resaltó que este relato resalta la prioridad del primer mandamiento: Adorar solo a Dios.
"Donde desaparece Dios, el hombre cae en la esclavitud, en las idolatrías, como han demostrado en nuestro tiempo los regímenes totalitarios y como muestran también diversas formas de nihilismo que hacen al hombre dependiente de ídolos e idolatrías; lo esclavizan", explicó.
En segundo lugar, continuó el Papa, "el objetivo primario de la oración es la conversión, el fuego de Dios que transforma nuestro corazón y nos capacita para ver a Dios y vivir según El y para los demás".
Y, en tercer lugar, "los padres de la Iglesia nos dicen que esta historia (la de Elías) es una sombra del futuro, del futuro Cristo. Es un paso en el camino hacia Cristo".
Benedicto XVI propuso a los presentes la historia de Elías: "en el Monte Carmelo se muestra todo el poder de intercesión del profeta cuando, ante todo Israel, ora al Señor para que se manifieste y convierta los corazones del pueblo. Es el episodio narrado en el capítulo 18 del Primer Libro de los Reyes".