VATICANO,
En su saludo esta noche (hora local) a los participantes del congreso eclesial de la diócesis de Roma en la Basílica de San Juan de Letrán, el Papa Benedicto XVI resaltó que "en esta hora de la historia" es momento de anunciar el Evangelio, a Cristo Resucitado, sin miedo y con alegría.
En su mensaje al concluir el año pastoral de la diócesis de Roma, de la que es Obispo, el Papa señaló que "pese a las dificultades que encuentren al conciliar las exigencias familiares y del trabajo con las de la comunidad en la que desarrollan vuestra misión (de evangelización), confíen siempre en la ayuda de la Virgen María, Estrella de la Evangelización".
El Santo Padre recordó luego que el anuncio eficiente del Evangelio necesita que la fe sea propuesta, no impuesta, por "un corazón que cree, que espera, que ama, un corazón que adora a Cristo y cree en la fuerza del Espíritu Santo".
La respuesta a la fe, entonces, "nace cuando el hombre descubre, por gracia de Dios, que creer significa encontrar la vida verdadera, la ‘vida plena’" en Cristo, que da la vida eterna a los hombres por su Resurrección.
Por ello, explicó el Pontífice, "la Iglesia, cada uno de nosotros, debe portar al mundo esta alegre noticia que Jesús es el Señor. Aquel en el que la cercanía y el amor de Dios por cada hombre y mujer, y por la humanidad entera se han hecho carne. Este anuncio debe resonar nuevamente en las regiones de antigua tradición cristiana".
Benedicto XVI recordó luego la necesidad de la nueva evangelización, alentada siempre por el ahora Beato Juan Pablo II, y rememoró lo que dijo a los jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia en el año 2005: "¡la felicidad que buscan, la felicidad a la que tienen derecho de gustar tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazareth, escondido en la Eucaristía!"