VATICANO,
Al presidir la audiencia general de este miércoles, el Papa Benedicto XVI recordó su reciente viaje a Croacia el 4 y 5 de junio, y explicó que "el matrimonio es la unión de un hombre y de una mujer que, con la gracia de Cristo, se aman y se ayudan para toda la vida, en la alegría y en el dolor, en la salud y en la enfermedad".
El Santo Padre recordó que la ocasión principal de esta visita era "la I Jornada Nacional de las familias católicas croatas, culminada en la celebración eucarística del domingo por la mañana, en el Hipódromo de Zagreb, que contó con la presencia de una gran multitud de fieles".
"En la Europa de hoy, las naciones de sólida tradición cristiana tienen una responsabilidad especial en la defensa y promoción del valor de la familia fundada en el matrimonio, que sigue siendo crucial, tanto en el campo educativo como en el social. Este mensaje tenía, por tanto, una especial importancia para Croacia, que, por su rico patrimonio espiritual, cultural y ético, se está preparando para entrar en la Unión Europea".
En la Misa para las familias, continuó el Papa, "destaqué el don y el compromiso de la comunión en la Iglesia, y animé a los esposos en su misión. En nuestros días, mientras por desgracia se constata el creciente número de separaciones y divorcios, la fidelidad de los cónyuges se ha convertido en un testimonio importante del amor de Cristo, que permite vivir el matrimonio por lo que es; la unión de un hombre y de una mujer que, con la gracia de Cristo, se aman y se ayudan para toda la vida, en la alegría y en el dolor, en la salud y en la enfermedad".
"La fe en el Dios que es amor se transmite principalmente a través del testimonio de una fidelidad al amor conyugal, que naturalmente se traduce en amor por los hijos, fruto de esta unión. Pero esta fidelidad no es posible sin la gracia de Dios, sin el apoyo de la fe y del Espíritu Santo".
Benedicto XVI se refirió luego a la vigilia con los jóvenes, en la tarde del sábado, a quienes dijo que "Dios les busca antes y más de cuanto ellos mismos lo buscan. ¡Esta es la alegría de la fe: descubrir que Dios nos ama primero! ¡Es un descubrimiento que nos mantiene siempre discípulos, y por tanto, siempre jóvenes en el espíritu!".