VATICANO,
Al presidir hoy la audiencia general ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI señaló que en la oración, los cristianos pueden comprender la urgencia de que siguiendo el ejemplo de Cristo, "demos la vida por los demás, sin esperar nada a cambio".
En la síntesis en español que hizo de su catequesis sobre la oración de Moisés en el Monte Sinaí, el Santo Padre señala que "según la Escritura, él hablaba con Dios como quien habla a un amigo. En uno de los encuentros que la Biblia describe, Moisés sube al monte Sinaí a recibir las tablas de la ley; ayuna cuarenta días, para significar que la vida viene de Dios y que él la espera en el don de la Ley, signo de su alianza".
En la catequesis en italiano Benedicto XVI recuerda que Moisés, que "desempeñó su función de mediador entre Dios e Israel haciéndose portador de las palabras y los mandamientos divinos para su pueblo, llevándolo a la libertad de la Tierra Prometida, (...) pero sobre todo rezando".
El Papa subrayó que Moisés se comporta como intercesor especialmente cuando el pueblo pide a Aarón que construya el becerro de oro, mientras espera al profeta que ha subido al monte Sinaí para recibir las Tablas de la Ley.
"Cansado de seguir un camino con un Dios invisible ahora que Moisés, el mediador, también se ha ido, el pueblo exige una presencia tangible, palpable, del Señor, y encuentra en el becerro de Aarón un dios accesible, manejable al alcance del ser humano. Esta es una tentación constante en el camino de la fe: eludir el misterio divino construyendo un dios comprensible que corresponda a nuestros esquemas y proyectos".
Ante la infidelidad de los israelitas, Dios pide a Moisés que le deje destruir a ese pueblo rebelde, pero éste comprende que esas palabras están encaminadas a que el profeta "intervenga y le pida que no lo haga".