VATICANO,
En su carta enviada en ocasión del 100° aniversario del Pontificio Instituto de Música Sacra, el Papa Benedicto XVI alentó a tener la formación adecuada que permita discernir siempre la calidad de la música que se usa en la liturgia.
En el texto dado a conocer hoy y enviado al Cardenal Zenon Grocholewski, Gran Canciller del Pontificio Instituto, el Papa recuerda que fue San Pío X quien fundó la Escuela Superior de Música Sacra, elevada dos décadas después a Pontificio Instituto por Pío XI.
Benedicto XVI destacó que para comprender claramente la identidad y la misión de ese Instituto era necesario saber que San Pío X lo fundó "ocho años después de haber emanado el Motu Proprio ‘Tra le sollecitudini’ del 22 de noviembre de 1903, con el que llevó a cabo una profunda reforma en el campo de la música sacra, recurriendo a la gran tradición de la Iglesia contra el influjo ejercido por la música profana, sobre todo la ópera".
"Para ser actuada en la Iglesia universal, esa intervención magisterial necesitaba de un centro de estudios y de enseñanza que transmitiera de forma fiel y calificada las líneas indicadas por el Sumo Pontífice según la tradición, auténtica y gloriosa, que se remonta a San Gregorio Magno".
"En el lapso de los últimos cien años –prosiguió Benedicto XVI– esta institución ha asimilado, elaborado y transmitido los contenidos doctrinales y pastorales de los documentos pontificios, al igual que los del Concilio Vaticano II concernientes a la música sacra para que iluminen y guíen la obra de los compositores, de los maestros de capilla, de los liturgistas, de los músicos y de todos los formadores en este ámbito".
El Papa resaltó después cómo desde San Pío X hasta hoy "teniendo en cuenta la evolución natural, hay una continuidad sustancial del Magisterio acerca de la música sacra" y citó a Pablo VI y Juan Pablo II, que "a la luz de la constitución conciliar Sacrosanctum concilium reiteraron la finalidad de la música sacra, es decir, ‘la gloria de Dios y la santificación de los fieles’".