El Obispo de Springfield-Cape Girardeau (Missouri, Estados Unidos), Mons. James V. Johnston, afirmó que están llevando consuelo a los familiares de las víctimas y a los damnificados por el tornado que asoló la ciudad de Joplin el pasado 22 de mayo, pues "hay aún mucho que hacer para continuar las tareas de rescate".
El domingo 22 de mayo, Joplin fue devastada por un poderoso tornado, considerado el más letal en casi seis décadas, dejando un saldo de al menos 124 muertes y más de 750 personas heridas.
En declaraciones a ACI Prensa el 24 de mayo, Mons. Johnston afirmó que "estamos fomentando en los sobrevivientes las oraciones y el apoyo del Cuerpo de Cristo. Tratamos de llevar la caridad de la Iglesia a la gente que sufre aquí".
"Es muy duro sondear el poder destructivo de la tormenta", indicó el Prelado.
Por su parte, Kyle Schott, director ejecutivo de la agencia local de Caridades Católicas, que junto al Obispo de Springfield-Cape Girardeau evalúa los daños del tornado, señaló a ACI Prensa que, en medio de los escombros "no puedes ver nada sino devastación: casas destruidas y equipos de rescate tratando de encontrar gente en el desastre".
Schott señaló que tanto la Iglesia Saint Mary, su escuela primaria y su rectoría, que estuvieron al centro del tornado, resultaron "totalmente diezmadas" y "casi aplanadas".