VATICANO,
En su visita iniciada ayer a las localidad de Aquileia y Venecia (Italia) ayer sábado, el Papa Benedicto XVI alentó a los cristianos a testimoniar "esta verdad fundamental: solo de Cristo, de hecho, la humanidad puede recibir esperanza y futuro".
Con el lema "Tú confirma nuestra fe", dos son las ciudades que acogen este fin de semana al Papa y dos las ocasiones de esta visita pontificia. Aquileia, para la preparación del segundo encuentro eclesial, que tendrá lugar en esa ciudad en Pentecostés de 2012. Y Venecia, para la inauguración de Biblioteca del Studium Generale Marcianum, que ha sido restaurada.
Poco después de su llegada a Aquileia, Benedicto XVI saludó a los ciudadanos en la Plaza del Capitolo. Luego, en la Basílica, se dirigió a los participantes en la Asamblea de preparación del segundo Congreso de Aquileia. Hacia las seis y cuarto de esta tarde, el Santo Padre prosiguió su viaje, en helicóptero, hacia Venecia. En la célebre plaza de San Marcos, Benedicto XVI saludó a los venecianos, y en la Basílica dedicada al evangelista, se detuvo en oración ante sus reliquias.
Recibido con grandes muestras de cariño y aplausos, Benedicto XVI saludó cordialmente esta tarde a la multitud reunida en la Plaza del Capitolo de Aquileia, evocando la historia antigua e ilustre de la Iglesia en esta amada tierra.
"Queridos hermanos, hijos y herederos de la gloriosa Iglesia de Aquileia, estoy entre vosotros para admirar esta rica y antigua tradición –pero ante todo– también para confirmaros en la fe profunda de vuestros Padres: en esta hora de la historia redescubrid, defended y profesad con calor espiritual esta verdad fundamental. Sólo de Cristo, de hecho, la humanidad puede recibir esperanza y futuro".
"Sólo con Él puede percibir el significado y el poder del perdón, la justicia y la paz ¡Mantened siempre vivas, con valentía, la fe y las obras de vuestras raíces! Sed en vuestras Iglesias y en la sociedad "quasi beatorum chorus" –como afirmaba Jerónimo del clero de Aquilea– por medio de la unidad de la fe, el estudio de la Palabra, el amor fraterno y la armonía gozosa y multiforme del testimonio eclesial".