VATICANO,
Al encontrarse esta mañana con los 34 nuevos reclutas de la Guardia Suiza Pontificia y sus demás miembros, el Papa Benedicto XVI resaltó que Cristo resucitado es la luz en medio de las tinieblas del mundo y que con su entrega exige una vida cristiana coherente y fiel a la voluntad de Dios.
En su discurso en alemán, francés e italiano, el Santo Padre recordó el famoso "Saco de Roma", en el que los guardias suizos defendieron con vigor al Papa, hasta dar la vida por él, y explicó que "el recuerdo de aquel saqueo terreno tiene que hacer reflexionar sobre la existencia de la amenaza de un saqueo más peligroso, que podríamos llamar espiritual".
"En el contexto social actual, muchos jóvenes corren el riesgo de caer en un empobrecimiento progresivo del alma, porque siguen ideales y perspectivas de vida superficiales, que solo colman necesidades y exigencias materiales", alertó.
Por ello, continuó Benedicto XVI, "cuando algunos de ustedes juren desarrollar fielmente el servicio en la Guardia Suiza Pontificia y otros renueven este juramente en sus corazones, piensen en el rostro luminoso de Cristo, que os llama a ser auténticos hombres y verdaderos cristianos, protagonistas de vuestra existencia".
"Su pasión, muerte y resurrección son un elocuente reclamo a afrontar con madurez consciente los obstáculos y desafíos de la vida, sabiendo bien, como nos ha recordado la Liturgia en el curso de la Vigilia pascual, que el Señor resucitado es ‘Rey eterno que ha vencido a las tinieblas del mundo’".
El Papa subrayó que solo Cristo es "el Camino, la Verdad y la Vida. Él debe convertirse cada día más en al parámetro de nuestro vida y nuestro comportamiento, así como Él ha elegido la plena y total fidelidad a la misión de salvación confiada por el Padre como medida y fulcro de su vida".