ROMA,
Arturo Mari, fotógrafo personal del futuro beato Juan Pablo II, afirmó que todos los episodios que vivió con el extinto pontífice, en el Vaticano y en sus constantes viajes, le confirmaron que sin duda el Siervo de Dios es un santo, "un hombre de Dios".
"Te garantizo que era un santo vivo, por todo lo que podía ver con mis ojos, escuchar con mis oídos, no puedes creer todo lo que podía hacer ese hombre", dijo Mari, de 71 años de edad y que desde los 16 se dedicó a registrar la vida de cinco pontífices, desde Pío XII hasta parte del pontificado de Benedicto XVI, cuando se retiró en 2008.
Así, entre las miles de experiencias, Mari recuerda la visita de Juan Pablo II a la isla coreana de Sarok el 4 de mayo de 1984, que era una antigua colonia para leprosos que recibían tratamiento.
El fotógrafo recuerda que el Papa solo debía dar un breve discurso sobre el significado del sufrimiento y partir. Pero después de ver a los enfermos, Juan Pablo II apartó al Cardenal que apuraba las cosas y se acercó a los leprosos. "Los tocó con sus manos, los acarició, besó a cada uno", dijo Mari. "Ochocientos leprosos, uno por uno. ¡Uno por uno!".
En la entrevista concedida el 26 de abril a Associated Press en Roma, Mari rememora varios pasajes de los 27 años al servicio del futuro beato, como el viaje a Sudán en 1993, cuando Juan Pablo II regañó al presidente Omar Hassan el-Bashir durante la audiencia privada por no proteger a la minoría cristiana. Un Papa visiblemente molesto llamó la atención al mandatario y le dijo que era un "criminal" y sería juzgado por Dios.
Muchas de las fotos difundidas de Mari muestran a Juan Pablo II de vacaciones en las montañas del Valle de Aosta o descansando en los jardines de Castel Gandolfo. Pero también cuando el Papa estaba tendido en una cama de hospital después de un intento de asesinato en 1981; o la que lo muestra perdonando a Ali Agca, el hombre que le disparó.