REDACCION CENTRAL,
Oscar Elías Biscet, exprisionero de conciencia del Gobierno cubano por oponerse al aborto, afirmó a ACI Prensa que sus principios pro-vida y a favor de los derechos humanos no mermaron, sino que "se acrecentaron y perfeccionaron" durante los once años de cautiverio.
"Por promover y defender estos derechos fui llevado a celdas de castigo, aislamiento y tapiadas. Promoví el derecho del niño no nacido (y mostré) las fotos de los niños no nacidos que fueron asesinados por diferentes métodos abortivos", afirmó el 27 de abril.
Biscet, médico de profesión, sufrió varios arrestos entre 1998 y 1999 y una primera condena en el año 2000. Fue detenido nuevamente a finales de 2002 y condenado a 25 años de cárcel en un juicio sumario.
El delito de Biscet fue realizar el estudio clandestino "Rivanol: un método para destruir la vida", publicado en abril de 1998 y que denuncia las técnicas de aborto usadas en el Hospital Hijas de Galicia, con los testimonios de madres cuyos recién nacidos fueron asesinados. Según el informe, estas eran prácticas comunes en los hospitales cubanos.
El 11 de marzo este médico pro-vida fue liberado gracias al diálogo entre la Iglesia y el Gobierno comunista. A diferencia de otros exprisioneros de conciencia que tuvieron que irse a España, Biscet permanece en la isla.
En el diálogo con ACI Prensa, el médico recordó sus años de prisión y dijo que fue su fe cristiana la que lo sostuvo. "En mi corazón de cristiano guardo los maravillosos tesoros de la Fe, la esperanza y el amor. Estos atributos divinos me fortalecieron y pude soportar difíciles situaciones: torturas, tratos crueles e inhumanos que me impusieron los carceleros del gobierno comunista", afirmó.