VATICANO,
Al recibir esta mañana en el Vaticano a los participantes de la plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina, el Papa Benedicto XVI señaló que si bien existen ciertas formas de piedad popular que crean confusión y favorecen una práctica religiosa meramente exterior, ésta no debe ser dejada de lado sino purificada y evangelizada.
En su discurso en español el Santo Padre señaló que la piedad popular en América Latina es un tesoro muy valioso, pero "no se puede negar que existen ciertas formas desviadas de religiosidad popular que, lejos de fomentar una participación activa en la Iglesia, crean más bien confusión y pueden favorecer una práctica religiosa meramente exterior y desvinculada de una fe bien arraigada e interiormente viva".
La solución no pasa por excluirla, advirtió, pues hacerlo es "completamente erróneo. A través de ella, la fe ha entrado en el corazón de los hombres, formando parte de sus sentimientos, costumbres, sentir y vivir común".
"Ciertamente, la piedad popular tiene siempre que purificarse y apuntar al centro, pero merece todo nuestro aprecio, y hace que nosotros mismos nos integremos plenamente en el ‘Pueblo de Dios’".
El Papa recordó luego que los obispos reunidos en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, celebrada en 2007 en Aparecida (Brasil), "presentan la piedad popular como un espacio de encuentro con Jesucristo y una forma de expresar la fe de la Iglesia".
"Por tanto, no puede ser considerada como algo secundario de la vida cristiana", y agregó que "la profunda religiosidad popular que caracteriza la vivencia de fe de los pueblos latinoamericanos constituye el precioso tesoro de la Iglesia Católica en América Latina, que ella debe proteger, promover y, en lo que fuera necesario, también purificar".