ROMA,
Poco más de 100 años después de su muerte, Santa Teresa de Lisieux, ha cumplido su sueño de toda la vida de visitar Tierra Santa, ya que sus reliquias han sido llevadas a Israel el pasado lunes 14 de marzo para un peregrinaje por diversas ciudades del país como Belén, Nazaret y Jerusalén, incluida además la Franja de Gaza.
Las reliquias de la Santa canonizada por el Papa Pío XI y proclamada Doctora de la Iglesia por Juan Pablo II fueron recibidas en el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv (Israel), por el Nuncio Apostólico en Tierra Santa, Mons. Antonio Franco, el Patriarca de Jerusalén de los Latinos, Mons. Fouad Twal y el jefe del departamento para los asuntos exteriores del ministerio de relaciones de Israel, el embajador Bahig Mansour.
El Nuncio dijo sobre esta visita que "éste es un evento de fe y devoción que busca ayudar a la gente a ser mejor y a vivir mejor, en su vida social, en la vida comunitaria y en su vida espiritual".
Las reliquias de la Santa, que falleció a la edad de 24 años en 1897, fueron llevadas a la residencia apostólica de donde saldrán el miércoles a la Concatedral de Jerusalén para iniciar luego un peregrinaje de dos meses.
De esta ciudad las reliquias serán llevadas a la iglesia de Monte Carmelo en Haifa, lugar significativo de las Carmelitas, orden a la que pertenecía la joven santa patrona de las misiones.
El día de la Anunciación, el 25 de marzo, las reliquias estarán en Nazaret, y en Semana Santa (en abril) serán llevadas a Belén, nuevamente a Jerusalén y a Nazaret.