VATICANO,
En un mensaje dado a conocer hoy con ocasión del 150° aniversario de a unidad política de Italia que se celebra el 17 de marzo, el Papa Benedicto XVI destaca que la identidad de este país europeo –en donde está el Vaticano– es esencialmente católica.
En el texto dirigido al presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, entregado esta mañana por el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, en una visita al palacio del Quirinal, el Papa subraya la contribución del cristianismo en "la construcción de la identidad italiana a través de la labor de la Iglesia, sus instituciones educativas y asistenciales, establecimiento de modelos de comportamiento, formas institucionales, relaciones sociales, pero también mediante una riquísima actividad artística".
Benedicto XVI también resalta la influencia de figuras como San Francisco de Asís y Santa Catalina de Siena en la construcción de la identidad católica italiana.
"San Francisco de Asís, por ejemplo, se señala también por su contribución a la forja de la lengua nacional, Santa Catalina de Siena ofrece, como sencilla pobladora, un estímulo formidable a la elaboración de un pensamiento político y jurídico italiano. El aporte de la Iglesia y los creyentes al proceso de formación y de consolidación de la identidad nacional sigue en la edad moderna y en la contemporánea".
Tras resaltar que "por razones históricas, políticas y culturales complejas, el ‘Risorgimento’ (proceso del siglo XIX que llevó a la unidad) ha pasado a la historia como un movimiento contrario a la Iglesia, al catolicismo, a veces incluso a la religión en general", sin embargo, dice el Papa, ha habido una serie de personajes católicos como Vincenzo Gioberti, Antonio Rosmini y Alessandro Manzoni que permitieron la unificación del país.
Refiriéndose posteriormente a la llamada "Cuestión Romana" –un conflicto entre la Iglesia y el Estado que fue seguido por un proceso de reconciliación– y a los "efectos lacerantes en la conciencia individual y colectiva de los católicos italianos", el Papa afirma que pese a ello no se verificó "ningún conflicto en el cuerpo social, marcado por una profunda amistad entre la comunidad civil y la comunidad eclesial".