ROMA,
El Obispo de Saitama (Japón), Mons. Marcellinus Daiji Tani, señaló que la reciente tragedia que azotó al país con el terremoto y el tsunami del 11 de marzo constituye un desafío para que los católicos testimonien "el mandamiento del amor y la caridad fraterna".
En declaraciones a la agencia vaticana Fides, el Obispo se refirió así a la tarea que le toca a la Iglesia en este país, que ha dejado cuantiosos daños materiales y según los últimos informes oficiales 1 647 muertos y casi 15 000 desaparecidos.
La agencia de noticias japonesa Jiji señala además que la policía aún no se ha podido contactar con unas 9 500 habitantes de la localidad de Minamisanriku, una de las más afectadas por la tragedia. En total vivían allí 17 000 personas.
Según señala Europa Press, el jefe de la policía en la prefectura de Miyagi, dijo ayer que "no cabe duda" de que hay más de 10 000 muertos.
Ante la catástrofe unos 47 países han ofrecido su ayuda y diversos equipos de rescate llegados de distintas partes del mundo están trabajando para seguir con las operaciones de rescate.
El Obispo de Saitama señaló a Fides que "la Iglesia en Japón responderá a la tragedia del terremoto y del tsunami que han azotado el norte de Japón, con la oración y la solidaridad".