VATICANO,
El Prefecto de la Congregación para el Clero, Cardenal Mauro Piacenza, afirmó en un mensaje al clero del mundo con ocasión de la Cuaresma que la nueva evangelización exige sacerdotes "nuevos" que no se dejen vencer por la fatiga diaria, sino que tengan un corazón profundamente renovado y convertido a Cristo.
El texto de la carta, publicada este 8 de marzo, es el siguiente:
"Queridos hermanos en el Sacerdocio:
El tiempo de gracia, que se nos ofrece para vivirlo juntos, nos llama a una conversión renovada, así como siempre nuevo es el Regalo del Sacerdocio ministerial, a través del cual, el Señor Jesús se hace presente en nuestras vidas y, por medio de ellas, en la vida de todos los hombres.
Conversión, para nosotros Sacerdotes, significa sobre todo conformar cada vez más nuestra vida a la predicación, que cotidianamente podemos ofrecer a nuestros fieles, si de tal modo nos transformamos en ‘fragmentos’ del Evangelio viviente, que todos puedan leer y acoger.
Fundamento de una tal actitud es, sin duda, la conversión a la propia identidad: ¡debemos convertirnos en aquello que somos! La identidad, recibida sacramentalmente y acogida por nuestra humanidad herida, nos pide la progresiva conformación de nuestro corazón, de nuestra mente, de nuestras actitudes, de todo cuanto somos a la imagen de Cristo Buen Pastor, que ha sido impresa sacramentalmente en nosotros.
Tenemos que entrar en los Misterios que celebramos, especialmente en la Santísima Eucaristía, y dejarnos plasmar por ellos; ¡Es en la Eucaristía que el Sacerdote redescubre la propia identidad! Es en la celebración de los Divinos Misterios donde se puede descubrir el ‘como’ ser pastores y el ‘qué cosa’ sea necesario hacer, para serlo verdaderamente al servicio de los hermanos.