VATICANO,
Al presidir el rezo del Ángelus dominical en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI señaló que la Palabra de Dios es la roca firme en la que todo cristiano debe reflexionar cotidianamente y sobre la cual se puede construir la propia vida.
Con un clima favorable por el sol dominical, el Papa reflexionó sobre el Evangelio de hoy que concluye el Discurso de la Montaña con el pasaje sobre la casa construida sohre la roca, que es Cristo, y dijo que “Jesús invita a sus discípulos a escuchar sus palabras y ponerlas por obra”.
Citando luego el Concilio Vaticano II afirmó que “Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía”.
“Jesús es la Palabra viviente de Dios. Cuando enseñaba la gente reconocia en sus palabras la misma autoridad divina, experimentaba la cercanía del Señor, su amor misericordioso, y alababa a Dios”.
“En toda época y en todo lugar -prosiguió- quien tiene la gracia de conocer a Jesús queda fascinado, reconociendo que en su predicación, en sus gestos, en su Persona Él nos revela el verdadero rostro de Dios, y al mismo tiempo nos revela a nosotros mismos, nos hace sentir la alegría de ser hijos del Padre que está en los cielos, indicándonos la sólida base sobre la cual edificar nuestra vida”.
Benedicto XVI se refirió luego a la actitud del hombre ante Dios, ante la propia vida y el sentido que suele darle a ésta: “con frecuencia el hombre no construye su obrar, su existencia, sobre esta identidad revelada por Dios, y prefiere las arenas de las ideologías, del poder, del éxito y del dinero, pensando que encontrará estabilidad y respuesta a la imborrable pregunta sobre la felicidad y la plenitud que lleva en la propia alma”.