ROMA,
El Vicario Apostólico de Trípoli (Libia), Mons. Giovanni Innocenzo Martinelli, afirmó que la Iglesia en este país africano no afronta actualmente problemas, a pesar de la crisis política generada por las protestas y enfrentamientos entre el ejército y la oposición, que quiere la caída del presidente Muammar al Gaddafi.
En los últimos días los enfrentamientos se agravaron con el bombardeo de aviones enviados por el presidente sobre los alrededores de la capital, Trípoli, para contrarrestar las protestas. Aún no se puede calcular el número de muertos que según algunos serían más de 600 u 800. Algunos reportes hablan incluso de 2 000.
El Obispo señaló a la agencia Fides este 23 de febrero que en medio de esta aguda crisis, "hemos recibido muestras de solidaridad por parte de los libios tanto con respecto a las hermanas (religiosas) como a los cristianos, como las enfermeras filipinas, que viven al servicio de los hospitales locales".
Mons. Martinelli explicó que la comunidad católica está formada por europeos y asiáticos. "Gran parte de los europeos ya se han marchado. Permanecen todavía aquí los filipinos, especialmente las enfermeras filipinas, y los inmigrantes clandestinos africanos, que son los que más ayuda necesitan", relató.
El Prelado dijo que en el centro de Trípoli, capital de Libia, "la situación es bastante tranquila porque por la mañana no hay movimientos particulares. Los choques suelen ocurrir por la noche, cuando se oyen los ecos de los disparos en la distancia", por lo que los enfrentamientos deben ser en la periferia.
"Hemos escuchado que los medios de comunicación han informado sobre ataques aéreos, pero esto está sucediendo fuera de Trípoli, al menos no en el centro de la capital", añadió.