VATICANO,
Al recibir esta mañana a un grupo de prelados de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas en visita "ad limina", el Papa Benedicto XVI señaló que sin Dios el hombre no es capaz de ver "la alegría eterna para la que ha sido creado" por lo que es urgente restablecer su primacía en la vida de cada persona.
En su discurso en inglés, el Santo Padre se refirió a los profundos lazos de los católicos con el Sucesor de Pedro que siempre han sido "una característica importante de la fe en ese país", y manifestó el deseo de que esa comunión aumente ante "los desafíos actuales del apostolado".
Si Filipinas debe hacer frente a numerosos retos en ámbito del desarrollo económico, hay que reconocer, dijo Benedicto XVI, que "estos obstáculos a una vida de felicidad y satisfacción no son los únicos que debe abordar la Iglesia" ya que "la cultura filipina se enfrenta también a cuestiones más sutiles que atañen al secularismo, el materialismo y el consumismo de nuestra época".
"Cuando la autosuficiencia y la libertad se separan de su dependencia y su plenitud en Dios, la persona se crea un destino falso y pierde de vista la alegría eterna para la que ha sido creada. El camino para redescubrir el verdadero destino de la humanidad consiste en el restablecimiento de la prioridad de Dios en el corazón y la mente de cada persona".
Por encima de todo, continuó el Santo Padre, "hay que mantener a Dios en el centro de la vida de los fieles y la predicación debe insistir en su existencia, su amor por nosotros, y en que Cristo responde a las preguntas más profundas de nuestra vida".
"Vuestra gran tarea evangelizadora es, por tanto, la de proponer una relación personal con Cristo como llave para alcanzar la plenitud. (...) Al mismo tiempo, hay que reconocer que las nuevas iniciativas de evangelización sólo serán fructíferas si (...) los que las proponen creen y viven realmente el mensaje del Evangelio".