KÖNIGSTEIN,
El Patriarca copto-católico de Egipto, Cardenal Antonios Naguib, señaló que tras la caída, el 11 de febrero, del presidente Hosni Mubarak que gobernó durante más de 30 años, el pueblo tiene ahora una "oportunidad histórica" que los cristianos también apoyan para la renovación del país.
En declaraciones a la organización internacional católica Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS), el Purpurado señaló la importancia de que el régimen interino avance hacia la democracia en Egipto.
"El movimiento hacia un gobierno civil y democrático, en vez de uno religiosos o militar, ha sido nuestra esperanza durante un largo tiempo: ha sido nuestro sueño", dijo el Cardenal.
En un país con 200 000 coptos católicos y unos 8 millones de coptos ortodoxos, el Cardenal dijo que "alentaremos mucho a los miembros de la Iglesia a que participen en las elecciones. Para nosotros son una oportunidad histórica".
Por su parte el Obispo de Giza, Mons. Antonios Mina, señaló que "durante las últimas décadas no ha habido libertad. No era humano. Nos alegra lo que ha sucedido y nos da la oportunidad de un nuevo comienzo".
A su turno, el Obispo de Minya, Mons. Ibrahim Sidrak, comentó que "Mubarak y su régimen no entendieron los llamados por un cambio que se venían dando desde hace unos cinco años. Ahora enfrentamos una situación que es crítica de varias formas, política y socialmente".