REDACCION CENTRAL,
En medio de un mundo que ha relativizado el amor, que vive erotizado y que ha convertido toda celebración en una maquinaria comercial, la Iglesia Católica recuerda hoy al mártir San Valentín y a los santos hermanos Cirilo y Metodio, Copatronos de Europa.
San Valentín fue un sacerdote que con San Mario socorría a los mártires de la persecución del emperador Claudio II. Según cuenta la tradición, este santo arriesgaba su vida para casar cristianamente a las parejas durante este tiempo.
Fue apresado y enviado por el emperador al prefecto de Roma, quien al ver que sus intentos para hacerlo renunciar a la fe no surtían efecto mandó a golpearlo y decapitarlo. Eso sucedió el 14 de febrero del año 270.
La fiesta de San Valentín recuerda que el auténtico amor va bastante más allá de un sentimiento, ya que es esencialmente una opción de la voluntad expresada en la entrega y el sacrificio que no "mide" consecuencias.
Como dice el Papa Benedicto XVI en su encíclica Deus Caritas Est (Dios es Amor), el amor "es ocuparse del otro y preocuparse por el otro. Ya no se busca a sí mismo, sumirse en la embriaguez de la felicidad, sino que ansía más bien el bien del amado: se convierte en renuncia, está dispuesto al sacrificio, más aún, lo busca".