VATICANO,
En la homilía de la Misa de hoy en la Fiesta del Bautismo del Señor en la que bautizó a 21 bebés, el Papa Benedicto XVI señaló que este sacramento, que abre el camino de la vida de gracia y santidad al hacer a los pequeños miembros de la Iglesia, debe marcar el inicio de la educación en la fe en las familias.
En la Capilla Sixtina en la que confirió el Bautismo a 13 niños y 8 niñas, la más pequeña de un mes y el más grande de cuatro meses, el Papa explicó que Jesús en el río Jordán donde es bautizado por Juan, se hace uno como todos los hombres y mujeres que son pecadores, sin tener Él pecado alguno porque es Dios. Es un signo de su obediencia al Padre que lo envía a salvar a todos en la Cruz cargando con la culpa de todos, muestra suprema de su Amor.
Dirigiéndose luego a los padres de los niños presentes, el Pontífice explicó que el Bautismo permite que los pequeños vivan “el intercambio de amor recíproco que hay en Dios entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo” y permite que “sean inundados por sus dones”.
A través del agua, “vuestros hijos ingresan en la vida misma de Jesús, que ha muerto en la Cruz para liberarnos del pecado y resucitando ha vencido a la muerte. Por ello, inmersos espiritualmente en su muerte y resurrección, ellos son liberados del pecado original y en ello inicia el camino de la gracia, que es la vida misma de Jesús Resucitado”.
“Queridos amigos, dándonos la fe, el Señor nos ha dado aquello que es más precioso en la vida, el motivo más verdadero y bello para el cual vivir: es por la gracia que hemos creído en Dios, que hemos conocido su amor, con el cual quiere salvarnos y liberarnos del mal. La fe es el gran don con el que nos da la vida eterna, la verdadera vida”.
Tras señalar que con el Bautismo, Dios hoy “los consagra y los llama a seguir a Jesús a través de la realización de la propia vocación personal que es un designio de amor del Padre”, Benedicto XVI recordó que este sacramento confiere “un don espiritual indeleble”.