VATICANO,
Al recibir esta mañana las cartas credenciales del nuevo Embajador de Italia ante la Santa Sede, Francesco María Greco, el Papa Benedicto XVI expresó su esperanza de que en todo lugar y siempre se respete el derecho fundamental a la libertad religiosa sin la cual no es posible el desarrollo humano integral.
Este discurso se da un día después de que se diera a conocer el mensaje del Papa Benedicto XVI para la 44° Jornada Mundial de la Paz que se celebrará el próximo 1 de enero de 2011, titulado precisamente "La libertad religiosa, camino para la paz" en el que el Santo Padre solicita el respeto y la promoción de este derecho humano fundamental.
En su discurso de hoy el Santo Padre recordó los preparativos para la celebración del 150 aniversario de la unificación de Italia, un proceso que comenzó en 1861 y afirmó que "uno de los aspectos más importantes de ese largo y, a veces, agotador y difícil camino, que llevó a la actual fisonomía del Estado italiano, ha sido la búsqueda de una correcta distinción y de la justa forma de colaboración entre la comunidad civil y la religiosa".
Esta exigencia, dijo es "muy sentida en un país como Italia, cuya historia y cultura están profundamente marcadas por la Iglesia Católica y en cuya capital tiene su sede episcopal la Cabeza visible de esa comunidad, difundida en todo el mundo".
"Estas características, que desde hace siglos forman parte del patrimonio histórico y cultural de Italia no pueden negarse, olvidarse o marginarse: la experiencia de estos 150 años nos enseña que, cuando se ha intentado hacerlo, se han causado peligrosos desequilibrios y fracturas dolorosas en la vida social del país".
En este sentido, el Papa resaltó la importancia de los Pactos Lateranenses y del Acuerdo de Villa Madama, que "establecen las coordenadas de un justo equilibrio de las relaciones, provechosas tanto para la Sede Apostólica, como para el Estado y la Iglesia en Italia".