VATICANO,
En la audiencia general de hoy el Papa Benedicto XVI habló sobre Santa Verónica Giuliani. De ella, dijo, se puede aprender la entrega total en respuesta al amor de Cristo crucificado que dio su vida por la salvación de todos.
El Papa presidió la audiencia general en el Aula Pablo VI y dedicó su catequesis a Santa Verónica, monja clarisa capuchina del siglo XVII, cuyo 350 aniversario de nacimiento se celebra el próximo 27 de diciembre.
Esta santa nació en Mercatello (Italia) en 1660, "era la última de siete hermanas, de las cuales tres abrazaron la vida monástica". Recibió el nombre de Ursula. A los 17 años entra en el monasterio de las Clarisas Capuchinas de Città di Castello, donde permanece durante el resto de su vida. Allí recibe el nombre de Verónica.
"Un año después hace la profesión religiosa solemne e inicia un camino de configuración con Cristo a través de muchas penitencias, grandes sufrimientos y algunas experiencias místicas relacionadas con la Pasión de Jesús".
En 1716, a los 56 años, llega a ser abadesa del monasterio y es confirmada en ese cargo hasta su muerte en 1727, después de una dolorosa agonía de 33 días. Fue proclamada santa el 26 de mayo de 1839 por el Papa Gregorio XVI.
El Santo Padre señaló que la principal fuente para reconstruir el pensamiento de la santa es su diario de 22 mil páginas manuscritas: "Santa Verónica tiene una espiritualidad marcadamente cristológico-esponsal: la experiencia de ser amados por Cristo, Esposo fiel y sincero, y de querer corresponder con un amor cada vez más participativo y apasionado".