VATICANO,
Al recibir este mediodía a los miembros de la Comisión Teológica Internacional, que acaban de celebrar su sesión plenaria, el Papa Benedicto XVI resaltó que para desarrollar bien su trabajo los teólogos tienen que amar a Dios y estar siempre en comunión con la Iglesia.
En su discurso en italiano el Santo Padre señaló que "quien ha descubierto en Cristo el amor de Dios, insuflado por el Espíritu Santo en nuestros corazones, desea conocer mejor a Aquel por quien es amado y que ama. Conocimiento y amor se sostienen. Como han dicho los Padres de la Iglesia, quien ama a Dios está destinado a convertirse, en cierto sentido, en un teólogo, en alguien que habla con Dios, que piensa en Dios y buscar pensar con Dios".
"Mientras que el trabajo profesional del teólogo es para algunos una vocación de gran responsabilidad ante Cristo y la Iglesia. Poder estudiar profesionalmente a Dios mismo es poderle hablar –dice Santo Tomás de Aquino– es un gran privilegio", continuó.
El Papa afirmó luego que "la reflexión sobre la visión cristiana de Dios puede ser una valiosa contribución tanto para la vida de los fieles como para nuestro diálogo con los creyentes de otras religiones y también con los no creyentes".
En la teología, prosiguió, "tratamos de comunicar a través del ‘logos’ lo que ‘hemos visto y oído’. Podemos pensar en Dios y comunicar lo que pensamos porque Él nos ha dotado de una razón en armonía con su naturaleza. De hecho, conocer a Dios en su verdadera naturaleza es la manera segura de garantizar la paz. Un Dios que no se percibe como fuente de perdón, no puede ser luz en el camino de la paz".
"Ningún sistema teológico puede subsistir a menos que esté impregnado por el amor de su divino ‘Objeto’, si no se nutre siempre del diálogo –es decir, de la aceptación en la mente y en el corazón del teólogo– con el Logos divino, Creador y Redentor".