SANTA FE,
El Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz (Argentina), Mons. José María Arancedo, señaló que no se puede "hablar de la dignidad de la vida humana si no asumimos la exigencia de la tutela de su primer derecho, que es el derecho a la vida".
En la vigilia por la vida convocada para toda la Iglesia por el Papa Benedicto XVI para el sábado 27 de noviembre antes del inicio del Adviento, el Arzobispo indicó que "el nacimiento de Jesús nos habla no sólo del valor de su vida y misión, sino que se convierte, para toda la humanidad, en el camino que ilumina y protege la vida de cada ser humano".
El Prelado recordó que "la fe no me aísla en una relación personal con Dios, sino que me compromete con su obra, en especial con su obra mayor que es el hombre. La gloria de Dios consiste, decía San Ireneo, en que el hombre viva, y la vida del hombre consiste en el encuentro con Dios".
"Todo este misterio de la grandeza de la vida y el destino del hombre está encerrado en la fragilidad de la vida naciente. Por ello, la realidad de esta vida es un don y una responsabilidad para el hombre y la sociedad".
"No somos dueños de la vida humana, pero sí partícipes necesarios de su concepción y cuidado. Esta verdad pertenece al orden natural y es captado por la razón y compromete, por lo mismo, una actitud moral. No podríamos hablar de la dignidad de la vida humana si no asumimos la exigencia de la tutela de su primer derecho, que es el derecho a la vida", subrayó.
A las "razones humanas sobre la dignidad de la vida del hombre, la mirada de fe le agrega la dimensión de una vocación que es única y personal, y para la cual Jesucristo ha venido para ser su camino, su verdad y su vida", continuó.