ROMA,
En la Misa de sufragio por los 58 siro-católicos asesinados por extremistas musulmanes en Bagdad el pasado 31 de octubre, el Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, señaló que con la persecución, como la que sufren los cristianos en Irak, la Iglesia crece. También resaltó que ningún tipo de crueldad es capaz de destruirla.
En la homilía de la Misa que presidió este jueves en la Basílica de San Pedro, el Cardenal dijo que "el pensamiento, el corazón y la oración van para Irak y tantos otros lugares del mundo donde, en fidelidad al Bautismo, todavía en nuestros días responden con la sangre aquellos que aman hasta la Cruz".
Según informa Radio Vaticana, el Prefecto dijo además que ningún tipo de crueldad puede destruir a una religión que funda su misterio en la Cruz de Cristo: "la Iglesia, de hecho, no disminuye con las persecuciones sino que se desarrolla y el campo del Señor se enriquece de una mies siempre más abundante, cuando los granos de trigo, que han caído uno a uno, vuelven a nacer y se multiplican".
Tras agradecer a los presentes su asistencia a la Misa, entre los que se encontraban diversos embajadores ante la Santa Sede, el Cardenal Sandri resaltó que "los cristianos deben poder quedarse donde nacieron para ofrecer personalmente y a través de las obras de la Iglesia, sin discriminación alguna, la insustituible contribución de caridad, en el plano educativo y cultural, asistencial y social".
"Ellos desean concurrir al progreso de su amado país, en generosa apertura hacia los musulmanes y todos sus compatriotas", agregó.
El Prefecto resaltó luego la entrega amorosa de los sacerdotes asesinados en la masacre del 31 de octubre, el P. Thaher y el P. Wassim, quienes pidieron a los asesinos musulmanes que no mataran a los fieles sino a ellos, que les perdonaran la vida, pedido que los extremistas desoyeron.