DENVER,
Los médicos dijeron que Joseph Nguyen había muerto. Por semanas luchó contra la gripe H1N1 y un cuadro de neumonía letal. Su frecuencia cardíaca no tenía posibilidad de recuperación y ya no tenía actividad cerebral. Mientras redactaban su certificado de defunción, sus padres pidieron la ayuda de un viejo amigo de la familia: el Cardenal François-Xavier Nguyen Van Thuan, cuyo proceso de beatificación ya está en marcha.
En agosto de 2009, Joseph estaba en su tercer año de seminario. Fue asignado a visitar enfermos en un hospital, así como llevar la Eucaristía a los pacientes católicos. A principios del otoño, se sintió mal y parecía que había contraído una gripe estacional común. Cuando la enfermedad empeoró, pidió licencia para recuperarse en casa.
El 1 de octubre no podía respirar y su padre lo llevó al hospital donde le practicaron una traqueotomía de emergencia. Su estado empeoró y cayó en coma por 32 días. Joseph Nguyen ha regresado al seminario. Ha visto su propio certificado de defunción, que ahora luce el sello de "NULO". Sólo tiene dos recuerdos de los días que permaneció en coma en el año 2009 y que para él fueron una "gran noche de sueños".
En diálogo con ACI Prensa, Joseph aseguró que "las únicas dos cosas que recuerdo son dos visiones del Cardenal Van Thuan ... Él se me apareció dos veces".
"Poco después de la segunda visita, me desperté del coma", agrega.
Él no tenía "ni idea de lo que había sucedido", o por qué tenía "todos esos tubos y cables" saliendo de su cuerpo, incluyendo el tubo que le impedía hablar.