ROMA,
El Obispo de Faisalabad, Mons. Joseph Coutts, demandó la abolición de la polémica Ley de Blasfemia y denunció su abuso en Pakistán, donde la normativa es el pretexto más usado para "golpear a enemigos y adversarios".
En declaraciones a la agencia vaticana Fides, Mons. Coutts anunció el compromiso de la Iglesia de Pakistán con la familia de Asia Bibi, la primera mujer cristiana condenada a muerte bajo la Ley de Blasfemia, "y todas las familias afectadas injustamente por esta ley".
La Ley de Blasfemia agrupa varias normas contenidas en el Código Penal e inspiradas directamente en la "Shariah" –ley religiosa musulmana– para sancionar cualquier ofensa de palabra u obra contra Alá, Mahoma o el Corán, que sea denunciada por un musulmán sin necesidad de testigos o pruebas adicionales. Su aplicación puede suponer el juicio inmediato y la posterior condena a prisión o muerte de cualquier acusado.
Con frecuencia se cometen excesos con la ley para perseguir a la minoría cristiana, que suele ser explotada laboralmente y discriminada en el acceso a la educación y los puestos de función pública.
"El peligro es el abuso de esta ley. Pidiendo la abolición, no queremos apoyar a aquellos que profanan el nombre del Profeta. Sin embargo, deploramos lo que ocurre en la aplicación de la ley: cualquier excusa es buena, si se desea golpear a un adversario o un enemigo, se le acusa de blasfemia", explicó.
Según el Obispo, la ley se presta a tal abuso, porque no prevé el exigir las pruebas a quién acusa: sólo hace falta un testimonio o una declaración. "Y a menudo se ha descubierto que las acusaciones son completamente falsas", agrega.