REDACCION CENTRAL,
El Arzobispo siro-católico de Mosul, Mons. Georges Casmoussa, pidió poner en marcha acciones concretas para proteger a los cristianos en Irak luego de la masacre que el 31 de octubre pasado dejó 58 feligreses muertos en la Catedral siro-católica de Bagdad.
En diálogo con ACI Prensa, el Arzobispo explicó que los cristianos viven momentos de gran tensión y se sienten "como rehenes del miedo en todo instante".
"Bagdad no está lejos de Mosul. Y lo que ha pasado en Bagdad el domingo 31 de octubre y los días siguientes ha afectado con certeza la psicología de los cristianos", señaló el Arzobispo.
Mons. Casmoussa señaló que la violencia anticristiana tiene su raíz en la debilidad del gobierno iraquí, la falta de una autoridad firme y las constantes discordias de los políticos que no son capaces de enfrentar la "acción directa de la rama extremista del movimiento islámico, llamado Al Qaeda".
El Arzobispo pidió a la comunidad internacional, a través de las Naciones Unidas, "denunciar este atropello de los derechos del hombre, de las minorías, de los cristianos iraquíes que pagan por otros. Irak es nuestra tierra, nuestra historia, nuestra cultura, nuestra Iglesia".
Es necesario, explicó, que este grave problema de la persecución religiosa sea tratado en "instancias internacionales para hacer presión sobre el gobierno iraquí y que los Estados que tiene contratos con Irak, no vean solo la satisfacción de sus intereses económicos, sino la salvaguarda de los derechos del hombre".