LONDRES,
Exactamente una semana después de la masacre perpetrada por extremistas musulmanes en la Catedral siro-católica de Nuestra Señora de la Salvación en Bagdad que cobró la vida de 58 personas, dos jóvenes sacerdotes interrumpieron sus estudios en Roma y volvieron a Irak para celebrar una Misa en este importante templo.
Acompañados de unos 60 fieles y en medio de los destrozos, los sacerdotes Faadi y Aysar, ambos de unos 30 años, presidieron la Eucaristía en sufragio de quienes murieron en el ataque.
En declaraciones a la organización internacional católica Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS), el Arzobispo siro-católico de Mosul, Mons. Georges Casmoussa, elogió a estos dos jóvenes presbíteros y a los fieles que los acompañaron por su "valor y determinación", especialmente cuando Al Qaeda ha declarado que los cristianos son "sus objetivos allí donde se encuentren".
Tras solicitar que se termine la discriminación contra los cristianos y luego de reiterar su pedido para que cese la violencia contra los fieles, el Arzobispo –víctima también del extremismo islámico cuando fue secuestrado en enero de 2005– comentó que "desde la tragedia en Bagdad, muchísimos han condenado aquí en Irak este acto de terrorismo. Si lo hacen en sus declaraciones, tienen que estar dispuestos a tomar las medidas necesarias para evitar que se repita en el futuro".
"Mucha de nuestra gente –continuó– ha perdido la confianza. Pero confío en nuestros vecinos. No es solo la Cristiandad la que no permite que se asesine a la gente. Este principio se aplica a otros incluyendo a los musulmanes".
El Arzobispo también dio a conocer que el P. Raphael Qotaini, de 75 años, Vicario General de la diócesis siro-católica de Bagdad, se está recuperando luego de haber sido baleado en el estómago el día de la masacre. "Todos estamos contentos por él pero es necesario todavía que descanse y siga su tratamiento", agregó.