VATICANO,
El Papa Benedicto XVI condenó enérgicamente el brutal ataque de fundamentalistas musulmanes contra los fieles que se reunían el sábado por la noche en la Catedral católica de rito Sirio en Bagdad, y que dejó un alto número de muertos y heridos, incluyendo dos sacerdotes, entre la perseguida minoría católica del país.
Durante la oración del Angelus de este lunes, el Pontífice rezó "por las víctimas de esta absurda violencia, tanto más feroz cuanto ha golpeado a personas inermes, recogidas en la casa de Dios, que es casa de amor y reconciliación".
"Expreso además mi afectuosa cercanía a la comunidad cristiana, nuevamente golpeada, y aliento a los pastores y fieles a ser fuertes y firmes en la esperanza".
El Santo Padre señaló luego que, "ante los crecientes episodios de violencia, que siguen diezmando las poblaciones del Medio Oriente, quisiera finalmente renovar mi encendido llamado a la paz: ella es un don de Dios, pero también es el resultado de los esfuerzos de los hombres de buena voluntad, de las instituciones nacionales e internacionales. ¡Que todos unan sus fuerzas para que termine la violencia!
El asalto el sábado por la noche a la catedral católica de Bagdad por parte de terroristas iraquíes vinculados la organización terrorista Al Qaeda dejó como saldo 40 personas muertas y 57 heridas.
Los terroristas musulmanes ingresaron violentamente al templo estallando granadas y disparando a la gente, y luego tomaron como rehenes a los fieles en el templo.